NAVIDAD
Y
OTRAS CELEBRACIONES DECEMBRINAS
Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), aunque también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías, donde Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias católilca ofrece a los fieles para preparar la venida de Jesús.
La Navidad es una de las fiestas más importantes del cristianismo, junto con la Pascua y Pentecostés, pues celebra la natividad
(nacimiento) de Jesús de Nazaret en éste nuestro mundo. Ésta fiesta se
celebra el 25 de diciembre
por la Iglesia Católica,
la Iglesia Anglicana, algunas otras Iglesias protestantes y la Iglesia Ortodoxa
Rumana; mientras que otras Iglesias Ortodoxas (que no aceptaron el calendario juliano
modificado por el Papa Gregorio XIII)
la celebran el 7 de enero.
Los angloparlantes utilizan el término
Christmas, cuyo significado es “misa (mass) de Cristo”. En
algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnacht,
que significa “noche de bendición”.
Posterior a la celebración de
Navidad el 25 de diciembre, tienen lugar las fiestas de San Esteban mártir
(dic. 26), San Juan Evangelista
(dic. 27), los Santos Inocentes
(dic. 28), la Sagrada Familia
(domingo siguiente a la Navidad o dic. 29 si la Navidad cae en domingo), María
Madre de Dios (1º de enero) y la Epifanía (2° domingo después de Navidad).
Origen
de la Navidad
Los
orígenes de la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, se ubican en las
costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio
de invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o
dioses del sol, como Apolo
(Grecia), Helios
(Roma), Mitra
(Persia,
actual Irán) y Huitzilopochtli (Tenochtitlán),
entre otros.
En el caso de Mesoamérica, los primeros
evangelizadores españoles, aprovecharon la coincidencia de fechas entre la
Navidad y los festejos en honor a Huitzilopochtli (del 7 al 26 de diciembre de
nuestro calendario), para sustituir personajes y darle a la celebración
características cristianas.
Significado
católico de la Navidad
Para el
catolicismo la Navidad no solo es un día de fiesta, sino una temporada de celebraciones
que implica un tiempo de preparación, llamado Adviento, que comienza cuatro
domingos antes del 25 de diciembre. Por esto, la liturgia católica llama a esta
fiesta La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Es costumbre que se celebren varias misas en Navidad, con distinto contenido según su horario. Así, la noche anterior (24 de diciembre: Nochebuena) aunque sea domingo, se reza la famosa Misa de Gallo o Misa de Medianoche; en algunos lugares hay incluso una Misa de la Aurora que se celebra precisamente al amanecer del 25 de diciembre; y la Misa de Mediodía, en la que es costumbre que antes o después de ella, el Papa dé un mensaje de Navidad desde Roma a todos los fieles del mundo, siendo este mensaje conocido como Urbi et Orbi (a la Ciudad y al Mundo).
Es costumbre que se celebren varias misas en Navidad, con distinto contenido según su horario. Así, la noche anterior (24 de diciembre: Nochebuena) aunque sea domingo, se reza la famosa Misa de Gallo o Misa de Medianoche; en algunos lugares hay incluso una Misa de la Aurora que se celebra precisamente al amanecer del 25 de diciembre; y la Misa de Mediodía, en la que es costumbre que antes o después de ella, el Papa dé un mensaje de Navidad desde Roma a todos los fieles del mundo, siendo este mensaje conocido como Urbi et Orbi (a la Ciudad y al Mundo).
Adviento
Esta palabra proviene del Latín adventus que significa llegada o venida. Conforme
al uso actual, el Adviento es un período durante el cual los feligreses se preparan para celebrar el
nacimiento de Jesucristo y para
renovar la esperanza en la segunda Venida de Cristo Jesús, al final de los
tiempos (Parusía).
Comienza el domingo siguiente a la fiesta de Cristo Rey, el domingo
más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de Noviembre) y abarca los cuatro
domingos previos a la Navidad. El primer domingo puede adelantarse al 27
de Noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, teniendo solo veintiún días. En cualquier caso, esta fecha marca el
inicio del año litúrgico en casi todas las confesiones cristianas.
Durante el adviento, se prepara en
las iglesias y en algunos hogares, una corona de ramas de pino u otro follaje, llamada corona de adviento, con cuatro velas, una por cada domingo de adviento, día en que la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento para leer la Biblia y hacer oración. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote.
Aunque la corona de Adviento
tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante
el invierno para representar al fuego del dios sol, invocándolo a regresar con su
luz y su calor, los primeros misioneros aprovecharon esta
tradición para evangelizar, haciéndo coincidir las costumbres existentes con las enseñanzas de la fe católica, en un claro sincretismo.
En la religión Católica, el tiempo de Adviento, que se caracteriza por el morado el color de la liturgia, culmina el 24 de diciembre formando
una unidad entre la Navidad y la Epifanía.Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), aunque también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías, donde Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias católilca ofrece a los fieles para preparar la venida de Jesús.
Epifanía
Epifanía significa
"manifestación", es decir un acontecimiento religioso. Para muchas culturas las epifanías corresponden a revelaciones o apariciones en donde los profetas, chamanes, médicos, brujos u oráculos interpretaban visiones más allá de este mundo.
Es también una fiesta cristiana en la que Jesús toma una presencia humana en la tierra, es decir Jesús se "da a conocer".
Aunque Jesús se dio a conocer
en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia Católica celebra como epifanías
tres eventos:- Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)
- Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán
- Su Epifanía a sus discípulos (comienzo de Su vida pública con el milagro en Caná).
Para los católicos, la Epifanía mayormente celebrada es la que ocurrió ante los Reyes Magos.
La fiesta de la
Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente donde, a diferencia de Europa, el 6
de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando
al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que
los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece
días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una
fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta
que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos
nocturnos en los que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz
crece".
Entre los años 120 y
140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el
bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides
celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue
bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo
demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.
Hasta el siglo IV la
Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la
fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente
como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de
sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es
decir, la santa luz.
Esta fiesta nacida en
Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran
vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de
esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.
Posadas
Las posadas se
celebran desde hace más de 400 años y simbolizan el recorrido que hicieron la virgen María y su esposo José,
al salir de Nazaret para cumplir con el edicto en donde se ordenaba a los
habitantes de Judea empadronarse en las ciudades de origen; y como José era
descendiente de David y nativo de Belén, tuvieron que ir a esa población. El
viaje constó de nueve etapas, por lo que se festeja en nueve días y concluye
con la llegada a Belén y la búsqueda de alojamiento, que al no ser encontrado,
María tuvo que dar Luz en un establo.
Para los indígenas, las
posadas gozaron de gran aceptación, ya que estas procesiones aludían también a
su historia de peregrinar y a la conmemoración del nacimiento de
Huitzilopochtli que se festejaba con banquetes por esas mismas fechas.
Pero estas fiestas de origen mexicano se inician
tiempo atrás de la época colonial, en el momento en que los indígenas
celebraban la llegada de Huitzilopochtli, Dios de la Guerra. Los agustinos,
como los franciscanos en las pastorelas, se aplican a la misión de disfrazar
estas celebraciones con el nacimiento de Jesús para fines de evangelización, representando
el peregrinar de José y María desde Nazaret hasta Belén mediante nueve posadas,
nueve días tradicionales en honor a los nueve meses de embarazo que vivió
María, iniciando el 16 de diciembre y concluyendo el día 24.
Primero fueron conocidas como fiestas de aguinaldo,
cuando en 1587 fray Diego de Soria obtuvo permiso del Vaticano para celebrar
misas en los atrios y cúpulas abiertas de las iglesias: entre la misa se
intercalaban pasajes y escenas de la Navidad.
De las misas de aguinaldo, las posadas evolucionaron
hasta formar parte íntima de la sociedad y se volvieron más populares, sobre
todo desde el siglo XVIII; aunque es hasta finales de la Revolución Mexicana
cuando existe una revaloración de las tradiciones culturales y las posadas se
reivindican en la sociedad mexicana.
Hoy día, las posadas tradicionales en México
tienen ligeras variantes de acuerdo al lugar en donde se celebren, e inclusive
cambios a través del tiempo; sin embargo, los aspectos comunes más importantes
son: el pedir posada (con los cantos tradicionales), el rezar el Rosario, el
romper la piñata, la cena y la convivencia.
El
Novenario
Una posada tradicional
inicia con el rezo del Rosario. Del 16 al 24, los católicos deben rezar nueve
rosarios (un novenario), como una preparación espiritual al Nacimiento de
Jesús. Desde el 16 y hasta el 24 diciembre, muchos católicos rezan el novenario
y a cada uno de los días se le confieren las siguientes virtudes que se desean
alcanzar:
1. La humildad para convivir con armonía.
2. La fortaleza para realizar los deberes diarios.
3. El desprendimiento para rechazar todo deseo que desvíe de la fe cristiana.
4. La caridad para amar al prójimo.
5. La confianza en la misericordia divina.
6. La justicia para obrar con rectitud.
7. La pureza para rechazar al Maligno.
8. La alegría para alcanzar el cielo.
9. La generosidad para entregarse al servicio de Dios.
2. La fortaleza para realizar los deberes diarios.
3. El desprendimiento para rechazar todo deseo que desvíe de la fe cristiana.
4. La caridad para amar al prójimo.
5. La confianza en la misericordia divina.
6. La justicia para obrar con rectitud.
7. La pureza para rechazar al Maligno.
8. La alegría para alcanzar el cielo.
9. La generosidad para entregarse al servicio de Dios.
La piñata
La piñata más tradicional
es una estrella de siete picos, cada uno de los cuales representa los siete
pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Sus colores vistosos significan lo atractivo que puede ser el pecar.
La venda que cubre los ojos
simboliza la fe. El palo representa al
Evangelio, el camino enseñado por Jesús para vencer al pecado. Los demás
participantes, que orientan hacia dónde hay que dar el golpe, representan a la
Iglesia.
El acto de romper la piñata puede
interpretarse de la siguiente forma: cada uno de nosotros con una fe ciega
(ojos vendados) y con la ayuda de Dios (el palo) nos disponemos a combatir el
pecado (intentar golpear la piñata), nuestros hermanos (la Iglesia Católica)
nos ayudarán y nos indicarán el camino a seguir para lograrlo más fácilmente, y
cuando finalmente logremos vencer al pecado (romper la piñata) la gracia de
Dios (los dulces) se derramarán sobre nosotros.
Los Reyes
Magos
El 6 de
Enero, en Oriente sólo se celebraba la Epifania o Teofanía, es decir, las
manifestaciones de Cristo (nacimiento, adoración de los Reyes Magos, bautismo)
En Occidente
únicamente era la fiesta del nacimiento, el 25 de Diciembre. Con los años,
Occidente adoptó la Epifanía y Oriente la Navidad. Según la tradición popular,
tres magos, reyes de Oriente, tal vez de Arabia
Fueron a
llevarle regalos a Jesús, recién nacido en Belén. Sus reliquias fueron
descubiertas por Santa Elena y se veneran actualmente en la catedral de
colonia, a cuyo obispo se las regalo el emperador en el
Año 1164.En
España existe la costumbre de obsequiar a los niños con juguetes en memoria de
los
Dones oro,
incienso y mirra, mt 2:11.ofrecido por los Reyes a Jesús. En realidad, la
fijación de la fecha de la Epifanía el 6 de enero se debe muy probablemente a
cálculos relacionados con extrañas consideraciones sobre el solsticio de
invierno y las fases de la Luna.
Algunos
expertos consideran que influyeron en esta decisión las fiestas paganas
saturnales que se extendían desde el 17 hasta el 23 de Diciembre y que
alcanzaron gran importancia durante el Imperio cuando Domiciano las alargó
hasta alcanzar esos siete días. Los esclavos disfrutaban esos días de libertad.
La
determinación del número de Reyes Magos, sólo tres, y de su procedencia se fue
perfilando en la Alta Edad media. El rey negro aparece en el siglo XV.
En realidad,
existen tres fechas en la tradición cristiana en las que se entregan regalos a
los niños.
En los
países mediterráneos, como Italia y España, se hace el 6 de Enero con los Reyes
Magos en España y con la bruja Befana en Italia, que entra sobre su escoba por
la chimenea de las casas. Sólo hace regalos a los niños que se han portado
bien.
En España se
sacaban los zapatos o las botas al balcón para que los Reyes dejaran allí sus
regalos. En Bélgica, Holanda y Francia lo celebran el 6 de Diciembre, día de
San Nicolás, quién en Bélgica camina en un Burro. Y en el resto de los países
occidentales son Santa Claus o Papá Noel quienes los reparten, pero el día 24
de Diciembre. Además, en el Norte europeo los niños cuentan con los gnomos.
En el mundo
oriental, San Basilio es el encargado de traer los regalos el 1º de Enero.
Los
pesebres, Belenes o Nacimientos
El nacimiento o Belén, es la representación del
nacimiento de Jesús en Belén por medio de figuras.
San Francisco de Asís en el año 1223 dio
origen a los pesebres o nacimientos que actualmente conocemos, popularizando
entre los laicos una costumbre que hasta ese momento era del clero, haciéndola
extra-litúrgica y popular. La presencia del buey y del burro se debe a una
errónea interpretación de Isaías 1, 3 y de Habacuc 3, 2 (versión
"Itala"), aunque aparecen en el magnífico "Pesebre" del
siglo cuarto, descubierto en las catacumbas de San Sebastián en el año 1877. El
burro en el que Balaam montó, en el misterio de Reims, hizo que la fiesta
recibiera el nombre de Festum Asinorum (Ducange, op. cit., s.v. Festum).
Es uno de los escenarios más tempranos y habituales
del arte cristiano, pues aparece ya en el siglo IV en la catacumba de San
Sebastián de Roma. Hasta la Baja Edad Media persistió la variante de origen
bizantino de la virgen acostada, acompañada por dos comadronas. Después, a
partir del siglo XIV, la virgen está de rodillas y sin comadronas, pues se impone
la idea del parto sin dolor.
La tradición popular del belén, pesebre o nacimiento
es mucho más reciente. Parece que fue San Francisco de Asís quien realizó la
primera representación en Grecia. Después, Santa Clara la difundió por los
conventos franciscanos de Italia y posteriormente la propia difusión de la
orden contribuyó a la extensión del pesebre representado por seres vivos o
figuras.
Durante la Edad Media y el Renacimiento era costumbre
representar escenas de Navidad en las iglesias. De ambas tradiciones arranca la
de los Belenes actuales con sus figuras de madera, yeso, plomo, barro o cartón.
Alcanzó su apogeo en el reino de Nápoles en el siglo
XVIII y de allí pasó a España, de donde fue llevado a América Latina. Persiste también
en el sur de Italia, gran parte de Alemania, Provenza y el Tirol.
En la costumbre mediterránea, en algunas regiones de
Italia los niños construían una especie de Belenes de madera, a los que
llamaban la cabañita, con el Niño Jesús en su interior.
La idea de una cueva o caverna como sitio del
nacimiento de Cristo encuentra similitudes en otras religiones, donde los
dioses nacen en cuevas o en las hendiduras de la Tierra.
Los himnos y villancicos
La degeneración de las obras dramáticas, ocasionó la
difusión de villancicos y pastorales, a los cuales se les ha otorgado en
ocasiones una posición cuasi-litúrgica. Prudencio, en el siglo IV, fue el
primero (y único en su siglo) en escribir himnos para la Navidad, pues los
himnos "Vox clara" (himno para Laudes en Adviento) y "Christe
Redemptor" (Vísperas y Maitines de Navidad) no pueden ser asignados a
Ambrosio. Por su parte, el himno "A solis ortu", pertenece a Sedulio
(siglo V). Los primeros Weihnachtslieder (himnos navideños) alemanes datan de los siglos
XI y XII, mientras que los primeros villancicos propiamente así conocidos, datan del siglo XIII.
El famoso "Stabat Mater Speciosa" es atribuido a Jacopone Todi (1230-1306); "Adeste Fideles" data del siglo XVII.
Cabe señalar que estos aires populares, e incluso las letras, deben de haber existido mucho tiempo antes de que fueran puestos por escrito.
El famoso "Stabat Mater Speciosa" es atribuido a Jacopone Todi (1230-1306); "Adeste Fideles" data del siglo XVII.
Cabe señalar que estos aires populares, e incluso las letras, deben de haber existido mucho tiempo antes de que fueran puestos por escrito.
Tradiciones ajenas adoptadas
El árbol de Navidad. Para celebrar el
nacimiento de Frey, dios nórdico
del sol naciente, la lluvia y la fertilidad, cada 26 de diciembre los germanos adornaban un árbol perenne
que representaba al Yggdrasil o árbol del
Universo, en cuya copa se hallaba el cielo: Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el Palacio de Odín); y en las raíces más profundas
estaban los infiernos. Con la llegada del cristianismo al norte de Europa, ésta costumbre se transformó en el árbol de Navidad,
ya que según se dice, San Bonifacio, evangelizador de Alemania, cortó a golpe de hacha un árbol Yggdrasil y plantó en su lugar un pino
también perenne, representando el amor de Dios, adornado con manzanas (símbolo
del pecado original) y velas (luz de Jesucristo, sendero del mundo), que con el
tiempo se transformaron en esferas, luces y otros adornos.
Posteriormente,
al mezclarse las tradiciones, el árbol de Navidad se volvió el sitio de
ubicación de los regalos enviados por los Reyes Magos, Olentzero o Papá Noel, según las creencias de cada país.
En la
actualidad, el árbol de Navidad representa para los creyentes, al árbol del Paraíso con sus frutos como fuente del pecado original, así como el recuerdo de la
promesa de salvación de Jesucristo el Mesías reconciliador. Ya que el árbol es perenne, representa también la vida eterna
en el amor de Jesucristo, su forma triangular representa a la Santísima Trinidad,
los regalos simbolizan los dones de Dios a los hombres y la estrella representa
a la de Belén.
Personaje ficticio inspirado tanto en Sinterklaas, el patrono de los inmigrantes holandeses
que fundaron la ciudad que hoy es Nueva York, como en San Nicolás (de Mira en
oriente, de Bari en occidente), quien tras la
muerte de sus acaudalados padres, repartió sus bienes entre los pobres y se
ordenó como sacerdote a los 19 años, llegando a ser
obispo de Mira, donde sus milagros y bondades para con la gente necesitada, le ganaron
gran popularidad y admiración en Grecia, Turquía, Rusia
y la Lorena, donde es el Santo
Patrón.
El origen de
Santa Claus se haya en la combinación histórica de diversas celebraciones y personajes
mitológicos, como son las fiestas decembrinas de Saturno en la antigua Roma y
de Cronos en Grecia, el hada Befana que daba regalos a los niños italianos, lo mismo que el gigante Olentzero y sus duendes (de barba
blanca, botas altas y gorro de armiño) a los niños vascos y navarros.
En 1809
el escritor Washington Irving, deformó literalmente
a Sinterklaas, en la burda
pronunciación angloparlante Santa Claus, cuyo mito cobró vida en 1823
por un poema del pastor protestante Clement
Clarke Moore; finalmente en 1863
adquirió su apariencia actual, gracias al dibujante sueco Thomas
Nast, quien diseñó al personaje para las tiras navideñas de un periódico, basándose en la
imagen y atuendo rojo del obispo San Nicolás, lo que culminó con la fusión
de ambos personajes.
En 1931 el
pintor Habdon Sundblom rediseñó a Santa Claus, dándole un aspecto más humano y atrayente, para la campaña navideña de la Coca-Cola. Desde entonces, el personaje ha ganado
popularidad mundial, gracias a la mercadotecnia de la compañía en beneficio de
su propia imagen.
Tarjetas y regalos
La
costumbre pagana centrada en las calendas de enero, influyó en las de Navidad.
Tiele (Yule and Christmas, Londres, 1899) ha recolectado muchos interesantes
ejemplos. La strenæ (eacute;trennes) del 1˚ de enero romano
(fuertemente condenado por Tertuliano, de Idol., XIV y X, y por Máximo de
Turín, Hom. el CIII, de Kal. gentil., en P.L., LVII, 492, etc.) sobrevivió en
la costumbre de los regalos Navideños, las tarjetas y cajas.
Las
fogatas Navideñas
Las fogatas durante las
calendas eran un escándalo en Roma, por lo que San Bonifacio logró que el Papa
Zacarías las aboliera. Pero, probablemente esta fogata de Navidad, en sus
muchas formas, era originalmente encendida sólo debido al invierno. Sólo a
partir de 1577 se convirtió en una ceremonia pública en Inglaterra; su
popularidad, sin embargo, creció inmensamente, sobre todo en la Provenza; en la
Toscana, la Navidad es simplemente llamada ceppo (bloque, leño
-Bonaccorsi, op. cit., pág. 145, n. 2).
Además, estuvo también
relacionada con otras costumbres; en Inglaterra, un siervo tenía el derecho de
alimentarse a expensas de su señor, durante todo el tiempo que durase el fuego
de una rueda de madera, que su señor le entregaba, el señor también entregaba a
su siervo una carga de madera, cuando nacía un niño; Kindsfuss era el
nombre de un regalo que se le daba a los niños cuando les nacía un hermano o
hermana, e incluso, los animales de la granja también recibían el suyo, cuando
Cristo, el hermano universal, nacía (Tiele, op. cit., pág. 95 ss.).
Conclusión
Pese al origen
cristiano de la Navidad, esta fiesta ha ido perdiendo su carácter religioso
para convertirse en una simple convivencia de carácter comercial impuesto por
Santa Claus, los intercambios de regalos y el obsequio de tarjetas navideñas,
costumbres que con el tiempo y la mercadotecnia (en especial la norteamericana)
se han difundido por el mundo, con temas que poco o nada tienen que ver con la
verdadera celebración navideña, tal y como sucede con los osos polares, los
pingüinos y demás personajes de la Coca-Cola.
En EUA y el Norte de Europa, la expansión comercial ha convertido a Santa Claus
en el personaje central de la Navidad, suplantando a nuestro Señor Jesucristo y
la conmemoración de su nacimiento. Es por ello que la Navidad ha dejado de ser
una celebración exclusiva de los creyentes, pues incluso los japoneses no
cristianos y algunos ateos, participan en la celebración de esta nueva versión
de la Navidad, que implica más bien dinero que fe.
Corresponde por tanto
a los cristianos y a todo aquel que se jacte de ser creyente, el compromiso de
mantener vivo el verdadero significado de la Navidad, mediante una profunda preparación
individual que nos permita recibir a Cristo
en nuestra alma, para que con Él y en Él, podamos rectificar nuestra
vida y renovar el compromiso de seguirlo, con humildad y buena voluntad, en los
pequeños detalles de nuestra vida diaria.
No nos permitamos
olvidar que Dios es la luz (Dios Padre: el origen, la fuente, la causa), el camino
(Dios Hijo: Jesucristo ejemplo de vida, el medio, el verbo, la acción) y la
vida (Espíritu Santo: esencia eterna, el destino, el logro, el efecto). Hecho
hombre, su nacimiento, vida y muerte estuvieron marcados por una entrega
constante; él se entregó por nosotros como prueba irrefutable de que el amor se
demuestra dando, ahora nosotros correspondamos a su amor entregándonos cada día
al prójimo; demos pues a nuestros semejantes el fruto de los dones que Dios
mismo ha puesto en cada uno de nosotros, ya que sólo así se alcanza la felicidad,
y estar feliz es estar con Dios.
Referencias
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