martes, 27 de diciembre de 2011

NAVIDAD Y OTRAS CELEBRACIONES DECEMBRINAS



NAVIDAD
Y OTRAS CELEBRACIONES DECEMBRINAS


La Navidad es una de las fiestas más importantes del cristianismo, junto con la Pascua y Pentecostés, pues celebra la natividad (nacimiento) de Jesús de Nazaret en éste nuestro mundo. Ésta fiesta se celebra el 25 de diciembre por la Iglesia Católica, la Iglesia Anglicana, algunas otras Iglesias protestantes y la Iglesia Ortodoxa Rumana; mientras que otras Iglesias Ortodoxas (que no aceptaron el calendario juliano modificado por el Papa Gregorio XIII) la celebran el 7 de enero.
Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es “misa (mass) de Cristo”. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnacht, que significa “noche de bendición”.
Posterior a la celebración de Navidad el 25 de diciembre, tienen lugar las fiestas de San Esteban mártir (dic. 26), San Juan Evangelista (dic. 27), los Santos Inocentes (dic. 28), la Sagrada Familia (domingo siguiente a la Navidad o dic. 29 si la Navidad cae en domingo), María Madre de Dios (1º de enero) y la Epifanía (2° domingo después de Navidad).


Origen de la Navidad
Los orígenes de la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio de invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o dioses del sol, como Apolo (Grecia), Helios (Roma), Mitra (Persia, actual Irán) y Huitzilopochtli (Tenochtitlán), entre otros.
En el caso de Mesoamérica, los primeros evangelizadores españoles, aprovecharon la coincidencia de fechas entre la Navidad y los festejos en honor a Huitzilopochtli (del 7 al 26 de diciembre de nuestro calendario), para sustituir personajes y darle a la celebración características cristianas.

Significado católico de la Navidad
Para el catolicismo la Navidad no solo es un día de fiesta, sino una temporada de celebraciones que implica un tiempo de preparación, llamado Adviento, que comienza cuatro domingos antes del 25 de diciembre. Por esto, la liturgia católica llama a esta fiesta La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Es costumbre que se celebren varias misas en Navidad, con distinto contenido según su horario. Así, la noche anterior (24 de diciembre: Nochebuena) aunque sea domingo, se reza la famosa Misa de Gallo o Misa de Medianoche; en algunos lugares hay incluso una Misa de la Aurora que se celebra precisamente al amanecer del 25 de diciembre; y la Misa de Mediodía, en la que es costumbre que antes o después de ella, el Papa dé un mensaje de Navidad desde Roma a todos los fieles del mundo, siendo este mensaje  conocido como Urbi et Orbi (a la Ciudad y al Mundo).

Adviento
Esta palabra proviene del Latín adventus que significa llegada o venida. Conforme al uso actual, el Adviento es un período durante el cual los feligreses se preparan para celebrar el nacimiento de Jesucristo y para renovar la esperanza en la segunda Venida de Cristo Jesús, al final de los tiempos (Parusía).
Comienza el domingo siguiente a la fiesta de Cristo Rey, el domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de Noviembre) y abarca los cuatro domingos previos a la Navidad. El primer domingo puede adelantarse al 27 de Noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, teniendo solo veintiún días. En cualquier caso, esta fecha marca el inicio del año litúrgico en casi todas las confesiones cristianas.
Durante el adviento, se prepara en las iglesias y en algunos hogares, una corona de ramas de pino u otro follaje, llamada corona de adviento, con cuatro velas, una por cada domingo de adviento, día en que la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento para leer la Biblia y hacer oración. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote. 
Aunque la corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, invocándolo a regresar con su luz y su calor, los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar, haciéndo coincidir las costumbres existentes con las enseñanzas de la fe católica, en un claro sincretismo.
En la religión Católica, el tiempo de Adviento, que se caracteriza por el morado el color de la liturgia, culmina el  24 de diciembre formando una unidad entre la Navidad y la Epifanía.
Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), aunque también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías, donde Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias católilca ofrece a los fieles para preparar la venida de Jesús.
Epifanía
Epifanía significa "manifestación", es decir un acontecimiento religioso. Para muchas culturas las epifanías corresponden a revelaciones o apariciones en donde los profetas, chamanes, médicos, brujos u oráculos interpretaban visiones más allá de este mundo.
Es también una fiesta cristiana en la que Jesús toma una presencia humana en la tierra, es decir Jesús se "da a conocer".
Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia Católica celebra como epifanías tres eventos:
  • Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)
  • Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán
  • Su Epifanía a sus discípulos (comienzo de Su vida pública con el milagro en Caná).
Para los católicos, la Epifanía mayormente celebrada es la que ocurrió ante los Reyes Magos.
La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente donde, a diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz crece".
Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.
Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.
Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.

Posadas
Las posadas se celebran desde hace más de 400 años y simbolizan el recorrido que hicieron la virgen María y su esposo José, al salir de Nazaret para cumplir con el edicto en donde se ordenaba a los habitantes de Judea empadronarse en las ciudades de origen; y como José era descendiente de David y nativo de Belén, tuvieron que ir a esa población. El viaje constó de nueve etapas, por lo que se festeja en nueve días y concluye con la llegada a Belén y la búsqueda de alojamiento, que al no ser encontrado, María tuvo que dar Luz en un establo.
Para los indígenas, las posadas gozaron de gran aceptación, ya que estas procesiones aludían también a su historia de peregrinar y a la conmemoración del nacimiento de Huitzilopochtli que se festejaba con banquetes por esas mismas fechas.
Pero estas fiestas de origen mexicano se inician tiempo atrás de la época colonial, en el momento en que los indígenas celebraban la llegada de Huitzilopochtli, Dios de la Guerra. Los agustinos, como los franciscanos en las pastorelas, se aplican a la misión de disfrazar estas celebraciones con el nacimiento de Jesús para fines de evangelización, representando el peregrinar de José y María desde Nazaret hasta Belén mediante nueve posadas, nueve días tradicionales en honor a los nueve meses de embarazo que vivió María, iniciando el 16 de diciembre y concluyendo el día 24.
Primero fueron conocidas como fiestas de aguinaldo, cuando en 1587 fray Diego de Soria obtuvo permiso del Vaticano para celebrar misas en los atrios y cúpulas abiertas de las iglesias: entre la misa se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad.
De las misas de aguinaldo, las posadas evolucionaron hasta formar parte íntima de la sociedad y se volvieron más populares, sobre todo desde el siglo XVIII; aunque es hasta finales de la Revolución Mexicana cuando existe una revaloración de las tradiciones culturales y las posadas se reivindican en la sociedad mexicana.
Hoy día, las posadas tradicionales en México tienen ligeras variantes de acuerdo al lugar en donde se celebren, e inclusive cambios a través del tiempo; sin embargo, los aspectos comunes más importantes son: el pedir posada (con los cantos tradicionales), el rezar el Rosario, el romper la piñata, la cena y la convivencia.

El Novenario
Una posada tradicional inicia con el rezo del Rosario. Del 16 al 24, los católicos deben rezar nueve rosarios (un novenario), como una preparación espiritual al Nacimiento de Jesús. Desde el 16 y hasta el 24 diciembre, muchos católicos rezan el novenario y a cada uno de los días se le confieren las siguientes virtudes que se desean alcanzar:
1.     La humildad para convivir con armonía.
2.  La fortaleza para realizar los deberes diarios.
3.    El desprendimiento para rechazar todo deseo que desvíe de la fe cristiana.
4.    La caridad para amar al prójimo.
5.    La confianza en la misericordia divina.
6.    La justicia para obrar con rectitud.
7.    La pureza para rechazar al Maligno.
8.    La alegría para alcanzar el cielo.
9.    La generosidad para entregarse al servicio de Dios.

La piñata
La piñata más tradicional es una estrella de siete picos, cada uno de los cuales representa los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Sus colores vistosos significan lo atractivo que puede ser el pecar.
La venda que cubre los ojos  simboliza la fe. El palo representa al Evangelio, el camino enseñado por Jesús para vencer al pecado. Los demás participantes, que orientan hacia dónde hay que dar el golpe, representan a la Iglesia.
El acto de romper la piñata puede interpretarse de la siguiente forma: cada uno de nosotros con una fe ciega (ojos vendados) y con la ayuda de Dios (el palo) nos disponemos a combatir el pecado (intentar golpear la piñata), nuestros hermanos (la Iglesia Católica) nos ayudarán y nos indicarán el camino a seguir para lograrlo más fácilmente, y cuando finalmente logremos vencer al pecado (romper la piñata) la gracia de Dios (los dulces) se derramarán sobre nosotros.

Los Reyes Magos
El 6 de Enero, en Oriente sólo se celebraba la Epifania o Teofanía, es decir, las manifestaciones de Cristo (nacimiento, adoración de los Reyes Magos, bautismo)
En Occidente únicamente era la fiesta del nacimiento, el 25 de Diciembre. Con los años, Occidente adoptó la Epifanía y Oriente la Navidad. Según la tradición popular, tres magos, reyes de Oriente, tal vez de Arabia
Fueron a llevarle regalos a Jesús, recién nacido en Belén. Sus reliquias fueron descubiertas por Santa Elena y se veneran actualmente en la catedral de colonia, a cuyo obispo se las regalo el emperador en el
Año 1164.En España existe la costumbre de obsequiar a los niños con juguetes en memoria de los
Dones oro, incienso y mirra, mt 2:11.ofrecido por los Reyes a Jesús. En realidad, la fijación de la fecha de la Epifanía el 6 de enero se debe muy probablemente a cálculos relacionados con extrañas consideraciones sobre el solsticio de invierno y las fases de la Luna.
Algunos expertos consideran que influyeron en esta decisión las fiestas paganas saturnales que se extendían desde el 17 hasta el 23 de Diciembre y que alcanzaron gran importancia durante el Imperio cuando Domiciano las alargó hasta alcanzar esos siete días. Los esclavos disfrutaban esos días de libertad.
La determinación del número de Reyes Magos, sólo tres, y de su procedencia se fue perfilando en la Alta Edad media. El rey negro aparece en el siglo XV.
En realidad, existen tres fechas en la tradición cristiana en las que se entregan regalos a los niños.
En los países mediterráneos, como Italia y España, se hace el 6 de Enero con los Reyes Magos en España y con la bruja Befana en Italia, que entra sobre su escoba por la chimenea de las casas. Sólo hace regalos a los niños que se han portado bien.
En España se sacaban los zapatos o las botas al balcón para que los Reyes dejaran allí sus regalos. En Bélgica, Holanda y Francia lo celebran el 6 de Diciembre, día de San Nicolás, quién en Bélgica camina en un Burro. Y en el resto de los países occidentales son Santa Claus o Papá Noel quienes los reparten, pero el día 24 de Diciembre. Además, en el Norte europeo los niños cuentan con los gnomos.
En el mundo oriental, San Basilio es el encargado de traer los regalos el 1º de Enero.

Los pesebres, Belenes o Nacimientos
El nacimiento o Belén, es la representación del nacimiento de Jesús en Belén por medio de figuras.
San Francisco de Asís en el año 1223 dio origen a los pesebres o nacimientos que actualmente conocemos, popularizando entre los laicos una costumbre que hasta ese momento era del clero, haciéndola extra-litúrgica y popular. La presencia del buey y del burro se debe a una errónea interpretación de Isaías 1, 3 y de Habacuc 3, 2 (versión "Itala"), aunque aparecen en el magnífico "Pesebre" del siglo cuarto, descubierto en las catacumbas de San Sebastián en el año 1877. El burro en el que Balaam montó, en el misterio de Reims, hizo que la fiesta recibiera el nombre de Festum Asinorum (Ducange, op. cit., s.v. Festum).
Es uno de los escenarios más tempranos y habituales del arte cristiano, pues aparece ya en el siglo IV en la catacumba de San Sebastián de Roma. Hasta la Baja Edad Media persistió la variante de origen bizantino de la virgen acostada, acompañada por dos comadronas. Después, a partir del siglo XIV, la virgen está de rodillas y sin comadronas, pues se impone la idea del parto sin dolor.
La tradición popular del belén, pesebre o nacimiento es mucho más reciente. Parece que fue San Francisco de Asís quien realizó la primera representación en Grecia. Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del pesebre representado por seres vivos o figuras.
Durante la Edad Media y el Renacimiento era costumbre representar escenas de Navidad en las iglesias. De ambas tradiciones arranca la de los Belenes actuales con sus figuras de madera, yeso, plomo, barro o cartón.
Alcanzó su apogeo en el reino de Nápoles en el siglo XVIII y de allí pasó a España, de donde fue llevado a América Latina. Persiste también en el sur de Italia, gran parte de Alemania, Provenza y el Tirol.
En la costumbre mediterránea, en algunas regiones de Italia los niños construían una especie de Belenes de madera, a los que llamaban la cabañita, con el Niño Jesús en su interior.
La idea de una cueva o caverna como sitio del nacimiento de Cristo encuentra similitudes en otras religiones, donde los dioses nacen en cuevas o en las hendiduras de la Tierra.

Los himnos y villancicos
La degeneración de las obras dramáticas, ocasionó la difusión de villancicos y pastorales, a los cuales se les ha otorgado en ocasiones una posición cuasi-litúrgica. Prudencio, en el siglo IV, fue el primero (y único en su siglo) en escribir himnos para la Navidad, pues los himnos "Vox clara" (himno para Laudes en Adviento) y "Christe Redemptor" (Vísperas y Maitines de Navidad) no pueden ser asignados a Ambrosio. Por su parte, el himno "A solis ortu", pertenece a Sedulio (siglo V). Los primeros Weihnachtslieder (himnos navideños) alemanes datan de los siglos XI y XII, mientras que los primeros villancicos propiamente así conocidos, datan del siglo XIII. 
El famoso "Stabat Mater Speciosa" es atribuido a Jacopone Todi (1230-1306); "Adeste Fideles" data del siglo XVII. 
Cabe señalar que estos aires populares, e incluso las letras, deben de haber existido mucho tiempo antes de que fueran puestos por escrito. 


Tradiciones ajenas adoptadas

El árbol de Navidad. Para celebrar el nacimiento de Frey, dios nórdico del sol naciente, la lluvia y la fertilidad, cada 26 de diciembre los germanos adornaban un árbol perenne que representaba al Yggdrasil o árbol del Universo, en cuya copa se hallaba el cielo: Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el Palacio de Odín); y en las raíces más profundas estaban los infiernos. Con la llegada del cristianismo al norte de Europa, ésta costumbre se transformó en el árbol de Navidad, ya que según se dice, San Bonifacio, evangelizador de Alemania, cortó a golpe de hacha un árbol Yggdrasil y plantó en su lugar un pino también perenne, representando el amor de Dios, adornado con manzanas (símbolo del pecado original) y velas (luz de Jesucristo, sendero del mundo), que con el tiempo se transformaron en esferas, luces y otros adornos.
Posteriormente, al mezclarse las tradiciones, el árbol de Navidad se volvió el sitio de ubicación de los regalos enviados por los Reyes Magos, Olentzero o Papá Noel, según las creencias de cada país.
En la actualidad, el árbol de Navidad representa para los creyentes, al árbol del Paraíso con sus frutos como fuente del pecado original, así como el recuerdo de la promesa de salvación de Jesucristo el Mesías reconciliador. Ya que el árbol es perenne, representa también la vida eterna en el amor de Jesucristo, su forma triangular representa a la Santísima Trinidad, los regalos simbolizan los dones de Dios a los hombres y la estrella representa a la de Belén.
Santa Claus. De Wikipedia, la enciclopedia libre
Personaje ficticio inspirado tanto en Sinterklaas, el patrono de los inmigrantes holandeses que fundaron la ciudad que hoy es Nueva York, como en San Nicolás (de Mira en oriente, de Bari en occidente), quien tras la muerte de sus acaudalados padres, repartió sus bienes entre los pobres y se ordenó como sacerdote a los 19 años, llegando a ser obispo de Mira, donde sus milagros y bondades para con la gente necesitada, le ganaron gran popularidad y admiración en Grecia, Turquía, Rusia y la Lorena, donde es el Santo Patrón.
El origen de Santa Claus se haya en la combinación histórica de diversas celebraciones y personajes mitológicos, como son las fiestas decembrinas de Saturno en la antigua Roma y de Cronos en Grecia, el hada Befana que daba regalos a los niños italianos, lo mismo que el gigante Olentzero y sus duendes (de barba blanca, botas altas y gorro de armiño) a los niños vascos y navarros.
En 1809 el escritor Washington Irving, deformó literalmente a Sinterklaas, en la burda pronunciación angloparlante Santa Claus, cuyo mito cobró vida en 1823 por un poema del pastor protestante Clement Clarke Moore; finalmente en 1863 adquirió su apariencia actual, gracias al dibujante sueco Thomas Nast, quien diseñó al personaje para las tiras navideñas de un periódico, basándose en la imagen y atuendo rojo del obispo San Nicolás, lo que culminó con la fusión de ambos personajes.
En 1931 el pintor Habdon Sundblom rediseñó a Santa Claus, dándole un aspecto más humano y atrayente, para la campaña navideña de la Coca-Cola. Desde entonces, el personaje ha ganado popularidad mundial, gracias a la mercadotecnia de la compañía en beneficio de su propia imagen.
 
Tarjetas y regalos
La costumbre pagana centrada en las calendas de enero, influyó en las de Navidad. Tiele (Yule and Christmas, Londres, 1899) ha recolectado muchos interesantes ejemplos. La strenæ (eacute;trennes) del 1˚ de enero romano (fuertemente condenado por Tertuliano, de Idol., XIV y X, y por Máximo de Turín, Hom. el CIII, de Kal. gentil., en P.L., LVII, 492, etc.) sobrevivió en la costumbre de los regalos Navideños, las tarjetas y cajas.

Las fogatas Navideñas
Las fogatas durante las calendas eran un escándalo en Roma, por lo que San Bonifacio logró que el Papa Zacarías las aboliera. Pero, probablemente esta fogata de Navidad, en sus muchas formas, era originalmente encendida sólo debido al invierno. Sólo a partir de 1577 se convirtió en una ceremonia pública en Inglaterra; su popularidad, sin embargo, creció inmensamente, sobre todo en la Provenza; en la Toscana, la Navidad es simplemente llamada ceppo (bloque, leño -Bonaccorsi, op. cit., pág. 145, n. 2).
Además, estuvo también relacionada con otras costumbres; en Inglaterra, un siervo tenía el derecho de alimentarse a expensas de su señor, durante todo el tiempo que durase el fuego de una rueda de madera, que su señor le entregaba, el señor también entregaba a su siervo una carga de madera, cuando nacía un niño; Kindsfuss era el nombre de un regalo que se le daba a los niños cuando les nacía un hermano o hermana, e incluso, los animales de la granja también recibían el suyo, cuando Cristo, el hermano universal, nacía (Tiele, op. cit., pág. 95 ss.).

Conclusión
Pese al origen cristiano de la Navidad, esta fiesta ha ido perdiendo su carácter religioso para convertirse en una simple convivencia de carácter comercial impuesto por Santa Claus, los intercambios de regalos y el obsequio de tarjetas navideñas, costumbres que con el tiempo y la mercadotecnia (en especial la norteamericana) se han difundido por el mundo, con temas que poco o nada tienen que ver con la verdadera celebración navideña, tal y como sucede con los osos polares, los pingüinos y demás personajes de la Coca-Cola.
En EUA y el Norte de Europa, la expansión comercial ha convertido a Santa Claus en el personaje central de la Navidad, suplantando a nuestro Señor Jesucristo y la conmemoración de su nacimiento. Es por ello que la Navidad ha dejado de ser una celebración exclusiva de los creyentes, pues incluso los japoneses no cristianos y algunos ateos, participan en la celebración de esta nueva versión de la Navidad, que implica más bien dinero que fe.
Corresponde por tanto a los cristianos y a todo aquel que se jacte de ser creyente, el compromiso de mantener vivo el verdadero significado de la Navidad, mediante una profunda preparación individual que nos permita recibir a Cristo  en nuestra alma, para que con Él y en Él, podamos rectificar nuestra vida y renovar el compromiso de seguirlo, con humildad y buena voluntad, en los pequeños detalles de nuestra vida diaria.
No nos permitamos olvidar que Dios es la luz (Dios Padre: el origen, la fuente, la causa), el camino (Dios Hijo: Jesucristo ejemplo de vida, el medio, el verbo, la acción) y la vida (Espíritu Santo: esencia eterna, el destino, el logro, el efecto). Hecho hombre, su nacimiento, vida y muerte estuvieron marcados por una entrega constante; él se entregó por nosotros como prueba irrefutable de que el amor se demuestra dando, ahora nosotros correspondamos a su amor entregándonos cada día al prójimo; demos pues a nuestros semejantes el fruto de los dones que Dios mismo ha puesto en cada uno de nosotros, ya que sólo así se alcanza la felicidad, y estar feliz es estar con Dios.


Referencias

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